Y por fin vacaciones...!
Con la llegada del tiempo libre para disfrutar del "dolce far niente" y aprovechar para dar rienda suelta a lo que hace felíz a nuestros paladares golosos, se me ocurrió compartirles estas opiniones sobre dos heladerías emblemáticas.
Una es
Il Piave, una heladería tradicional que hace años no se cansa del éxito en Pinamar y Cariló, siendo una conocida marca también en otras zonas del gran Buenos Aires, como Avellaneda (cuna del Rojo😉 y de su archienemigo el Pinguino -perdón pero no encuentro la diéresis), Barracas y por allá.
Siempre recuerdo la última vez que estuve en Pinamar, hará unos 20 años nomás, que la gran salida era ir a tomar helado con los chicos. Il Piave creo que era la única heladería, y después de la cena se juntaba toda la troupe de la famosa "Vuelta al Perro" con quien ya te saludabas de tanto cruzarte por el mínimo centrito de Pinamar, y te reencontrabas en Il Piave, asombrándote de que tenías aproximadamente 100 números (sí, daban número) adelante. Un éxito rotundo, gracias en parte a la en ese entonces buena calidad y el monopolio. Hoy día por suerte hay más competencia, e
Il Piave compite con
Persicco,
Munchis, y ahora también
RapaNui. Postdata: si son de buen paladar, no se molesten en ir a Persicco ni a Muchis, ojo, va mi humilde opinión.
Pero volvamos al hoy y ahora en la costa.
Il Piave se encuentra en Pinamar, ya no tan asediado como entonces, y Cariló. Tuve la suerte de compartir sus cremas con discípulas del buen gusto y placer de helarse la lengua con sabores como chocolates amargos y mentas granizadas. Sorprendentemente para estos lares, el clima era cálido por las noches, y el helado no resistía degustaciones prolongadas, como verán en la foto que les comparto. Tuvimos que trabajar bastante con nuestras cucharitas de plástico para no desperdiciar gotas del elixir sobre las mesitas de su agradable patiecito sobre la Avenida Bunge, logrando disfrutar de sabores bien logrados y de consistencia cremosa excelente. Debo reconocer que me sorprendió la calidad y buen sabor, y se los recomendaría a cualquiera que ande vacacionando por allá. También me sorprendieron los precios, ya podrán observar en la foto que les dejo más abajo, no exactamente por lo económicos.
Y a pedido y súplica de algunos lectores, aprovecho mi visita costera para dedicarle más líneas a
Rapanui, esta heladería relativamente nueva y con innovadores sabores de la Patagonia.
Rapanui no sólo se destaca por sus gustos elaborados con frutas sureñas, sino por el exitoso agregado del merengue en muchos de sus gustos. Soy bastante fan del merengue, y admito que Rapanui supo combinarlo elegantemente con sabores a los que resalta con dicho agregado. Uno es mi preferido, el Lemon Pie, insuperable y único, y otros como la frambuesa del El Bolsón. El que no puede dejar de probarse es el chocolate 80% cacao, irresistible! ... y para los amantes del dulce de leche, el Marquise, con base de chocolate con dulce de leche natural y por supuesto, por si les parecía poco dulce, merengue italiano. Ayyy... me rechinan los dientes de tanto dulzor!
Me encantó el detalle de que muchos de sus empleados son sureños, como el heladero con quien tuve amena charla sobre las cremas, mis preferidos y este blog que me compete (estaba intrigadísimo por saber cuál era mi ranking de las mejores heladerías), mientras preparaba con suma pericia mi heladito en Pinamar, y me contaba que venía de Epuyén.
Justamente sobre el dulzor en exceso me gustaría agregar que escuché comentarios sobre lo demasiado azucarado de ciertos gustos, así como datos (no demasiado compartidos por mi sensible paladar) de que también habían bajado un poco la calidad. No doy fe de esto, a mí personalmente no me pareció, pero me encantaría que dejaran sus comentarios al respecto en este mismo blog, si es que cabe.
Pero volvemos a lo mismo... el gusto es muy personal, para suerte y deleite de todos.
Aprovecho para contarles que hay una heladería artesanal... hasta diría que es más artesanal que todos estas artesanales ya nombradas y conocidas, que se llama
Pistacchio. Está ubicada en Santos Dumont 3429, muy cerquita del Mercado de las Pulgas, y pertenece a dos chicos con mucha onda, que fabrican ellos mismos el helado y sorprenden con gustos nuevos todos los días. El local es muy vistoso y vale la pena visitarlo. Me encantaría que los fans del helado que anden cerca se dieran una vuelta y probaran el manjar que aquí elaboran con sumo cuidado y dedicación. No se lo pierdan. Como su nombre lo indica, el pistaccio es el gusto estrella y no lo tienen disponible todos los días.
Y después me cuentan...
Y así como el Dragón aparentemente dejó de agobiarnos con sus bocanadas de fuego a los pobres porteños, me despido de El Ladero por ahora, para dedicarme a otros menesteres que seguiré compartiendo a través de este blog.
Muchas gracias por seguirme, y vuelvo a seducirlos a que compartan sus opiniones aquí mismo, en mi blog. Me encantaría leerlos!
Arrivederci!